¡Bienvenidos una vez más al blog del Proyecto REMABAR!
Si bien en anteriores entradas
hemos hablado acerca de los diferentes aspectos ecológicos de los embalses, las
variables que determinan su dinámica y sobre la metodología y equipos empleados
para su estudio, en esta ocasión queremos mostraros a un
grupo de seres vivos microscópicos tan dispar que prácticamente solo tienen una
cosa en común, y es su pequeño tamaño.
Fotografía 1. Colonias de la clorofícea Sphaerocystis y diatomea del
género Cyclotella
|
La comunidad planctónica de los
sistemas acuáticos se encuentra compartimentada en dos grupos. El primero de
ellos es el fitoplancton, muy diverso y constituido por la fracción de
productores primarios comúnmente conocidos como algas, que son el pilar fundamental
de la mayoría de cadenas tróficas. El segundo grupo es el zooplancton, integrado por organismos
heterótrofos que requieren de la materia orgánica presente en el medio para su
sustento, recurriendo a diferentes estrategias para obtenerla como son la
filtración de microalgas, la captura activa y depredación de otros seres vivos
microscópicos, o bien el aprovechamiento de detritus.
Fotografía 2. Dinoflagelado Ceratium
hirundinella junto a colonias de Staurastrum, Pediastrum y fragmentos de otros organismos |
Como ocurre con otros grupos de
organismos, nuestro conocimiento del plancton a día de hoy sigue siendo
incompleto y se encuentra sesgado a favor de ciertos taxones más fáciles de
muestrear o identificar. Así, como ya señalaba Margalef en su obra Limnología
(1986), los productores primarios del plancton que habitan la columna han
sido más estudiados que los que viven en el fondo de los cuerpos de agua, en el
conocido como bentos. De la misma manera, nuestro conocimiento es más profundo en
el caso de aquellas especies de mayor tamaño y que son más fáciles de muestrear.
Tampoco pueden obviarse otras dificultades en el estudio de estos grupos, como son
la existencia de numerosas células
delicadas que se rompen y deforman fácilmente durante la toma de muestras, haciendo
más complicada su identificación, o el propio reto taxonómico que supone el
reconocimiento de ejemplares por debajo del nivel de género.
Fotografía 3. Staurastum chaetoceras |
Fotografía 4. Ejemplares de Pediastrum duplex |
Entre los organismos fitoplanctónicos más comunes en lagos y embalses destacan
las algas verdes (Clorophyta), las cianobacterias (Cyanophyta), las algas
doradas (Chrysophyta) y las criptomonas (Cryptophyta). Son asimismo frecuentes
los euglenófitos (Euglenophyta), los dinoflagelados (Dinophyta), con su
apariencia acorazada, y las diatomeas (Bacillariophyceae), algas unicelulares
cuyas paredes silíceas se caracterizan por presentar bellas e intrincadas
ornamentaciones que han popularizado su estudio taxonómico en los últimos años.
El zooplancton de agua dulce por su parte está fundamentalmente
integrado por protozoos rotíferos, cladóceros y copépodos. Mientras que el
fitoplancton de agua dulce puede ser incluso más diverso que el marino a escala
local, en el caso del zooplancton ocurre lo contrario, encontrándonos frente a
un grupo mucho menos variado en los sistemas dulceacuícolas.
Ello se debe a que el zooplancton lacustre está integrado por taxones adaptados
superar el riguroso filtro ambiental que supone el carácter fluctuante y en
ocasiones efímero de los sistemas acuáticos epicontinentales. Asimismo, otros
factores como la poca longitud de las cadenas tróficas o la normalmente escasa
profundidad de los ríos, lagos y embalses, condicionan el número de especies
presentes en estos. Esta falta de diversificación está sin embargo compensada
con algunos rasgos muy favorables para estas especies, como son por ejemplo la
rápida multiplicación por vía asexual, la gran plasticidad en su ciclomorfosis
o la dieta apenas selectiva propia de rotíferos y cladóceros, amén de otras
estrategias desarrolladas por los diferentes taxones que integran el
zooplancton.
Fotografía 5. Cladócero Bosmina longirostris y colonias de Pediastrum duplex entre algas
filamentosas
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Fotografía 6. Rotífero del género Polyarthra
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En los sistemas acuáticos epicontinentales el fito y zooplancton
presentan ciclos estacionales ligeramente desfasados pero interdependientes
entre sí, en los que varía la abundancia y composición de los mismos debido a
procesos de control trófico de tipo top-down y bottom-up. Descrito
esquemáticamente, a los periodos de estratificación térmica de la columna de
agua que permiten el desarrollo de un bloom de fitoplancton, les sigue
un periodo de proliferación del zooplancton herbívoro que da lugar a un fuerte
declive en la población de microalgas. Tras este pico en la abundancia de zooplancton
herbívoro, acontece un aumento del zooplancton carnívoro (fundamentalmente
copépodos) que depreda sobre estos primeros. Una vez que la comunidad
zooplanctónica decae por la falta de alimento, el fitoplancton contará con las
condiciones idóneas en cuanto presión por depredación para volver a
incrementarse y reiniciar este ciclo.
Fotografía 7. Copépodo
|
Por otro lado, es necesario incidir en el profundo efecto que el
cambio climático puede llegar a tener sobre el plancton al alterar tanto la
estructura térmica, como la dinámica y procesos de mezcla de las masas de agua
oceánicas y continentales de las que este depende, y por comprometer además la
disponibilidad de nutrientes para las microalgas que sustentan las cadenas
tróficas. Ello no sólo se traduce en modificaciones en la fenología de estos
organismos, sino también en la composición específica y estructura de las
comunidades planctónicas por un efecto cascada que a diferentes escalas, tiene
repercusiones en todos los aspectos del ecosistema acuático.
Finalmente, concluimos esta publicación animándoos a que compartáis
con nosotros todas aquellas dudas y cuestiones que consideréis puedan ser de
interés para el proyecto REMABAR. ¡Os esperamos en la próxima entrada”
“Seguramente sabes lo que
es un cristal de aumento, una lente circular que hace las cosas cien veces
mayores de lo que son. Cuando se coge y se coloca delante de los ojos, y se
contempla a su través una gota de agua de la balsa de allá fuera, se ven más de
mil animales maravillosos que, de otro modo, pasan inadvertidos, y sin embargo,
están allí, no cabe duda.”
(La gota de agua. Hans Christian
Andersen)
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