¡Bienvenidos una semana más al blog del Proyecto REMABAR!
Queríamos contaros que a medida que los trabajos de
campo han ido progresando, también lo han hecho las labores de investigación
bibliográfica y trabajo de gabinete, los cuales ocupan buena parte de la
jornada de los miembros del equipo. Es por ello, que
con esta nueva entrada queremos
acercaros a una herramienta fundamental en la recopilación de información acerca
de la fauna y flora de un lugar determinado y, que con el paso de los siglos,
ha evolucionado desde la tradicional observación e ilustración haciendo uso de papel
y lápiz hasta las tecnologías y dispositivos automatizados con los que contamos
en la actualidad. Estas herramientas son los inventarios de especies, cuyo
diseño puede abarcar diferentes escalas espaciales, grupos taxonómicos, y
emplear un amplio abanico de métodos de muestreo.
Las especies, que han sido
definidas como la unidad básica de la biodiversidad, constituyen un elemento
esencial en los procesos de toma de decisiones dirigidos a la conservación y
gestión de los recursos biológicos, siendo prioritario por tanto conocer de
antemano su distribución espacial y temporal en la zona de interés. Así, los
inventarios de especies, más allá de ser listados sistemáticos más o menos
detallados acerca de los seres vivos presentes en un área determinada, se presentan como un punto de partida
prioritario para posteriores estudios más exhaustivos y detallados.
En este sentido la Comarca de la
Janda, por su proximidad al Estrecho de Gibraltar (enclave de navegación
comercial de gran relevancia a nivel mundial y punto de confluencia cultural desde
los inicios de los primeros asentamientos humanos), por su posición estratégica
y su singular biota, con especial mención a su riqueza ornitológica, atrajo ya
desde finales del siglo XIX y principios del XX a diversos naturalistas e
investigadores británicos como H.L. Irby y W. Verner, quienes motivados por las
posibilidades cinegéticas y de coleccionismo que la zona ofrecía, plasmaron en
sus escritos e ilustraciones la importancia ecológica que ostentaba nuestro
ámbito de estudio en aquella época, dejando testimonio de las especies que
llegaron a observar.
Ilustración 1. Naturalista de principio de siglo recorriendo la Janda realizada por W. Verner. Extraído de “Bases ecológicas para la restauración de los humedales de La Janda” (2000 |
No obstante, en relación a los inventarios ha de señalarse que a pesar
de su utilidad y las facilidades que las nuevas tecnologías han supuesto durante los últimos años, los
registros de especies existentes en la actualidad siguen siendo deficientes en algunos
aspectos, y tras más de 250 años de esfuerzos dirigidos a reunir datos
taxonómicos y de distribución de la biota, aun no se cuenta con ningún
inventario o registro totalmente completo sobre la distribución de una sola
especie, a excepción de algunos organismos amenazados con poblaciones muy
escasas y localizadas.
Entre los numerosos obstáculos existentes
a la hora de realizar un inventario de especies completo, destaca la
imposibilidad de realizar estudios minuciosos en territorios extensos con
multitud de biotopos, la difícil accesibilidad que caracteriza algunos
enclaves, la variable capacidad de dispersión que presenta cada especie y sus
hábitos, los cuales influirán en su probabilidad de captura, y el denominado
“Impedimento taxonómico”, es decir, la insuficiente experiencia y los vacíos de
conocimiento en el campo de la taxonomía. A ello hay que añadirle además la
problemática relativa a la disponibilidad de bibliografía específica, integrada
mayoritariamente por publicaciones dispersas de diferente antigüedad y en
algunos casos, no disponible en formato digital.
Cabe mencionar sin embargo que a día de hoy existen iniciativas a
diversas escalas dirigidas a recopilar datos ecológicos, taxonómicos y de
distribución de diferentes especies como es el GBIF (Global Biodiversity
Information Facility), una base de datos de acceso abierto a nivel mundial que
integra millones de registros de biodiversidad y entre cuyas misiones
prioritarias se encuentra el fomento de la denominada ciencia ciudadana. A
nivel nacional y comunitario, además de la información puesta a
disposición del usuario bajo la forma de diferentes Atlas y Libros Rojos, cabe
destacar otros recursos como son la Carta Piscícola Española, y otras
plataformas encaminadas a mejorar el conocimiento de la biodiversidad como son
el proyecto Iberfauna o Anthos, el
sistema de información sobre las plantas de España.
Por nuestra parte, desde el proyecto
REMABAR, además de los objetivos que ya hemos compartido con vosotros en
anteriores publicaciones, pretendemos recopilar toda la información disponible
en relación a la diversidad de especies de fauna y flora presentes en la cuenca
del Barbate. Para ello, nos encontramos realizando una exhaustiva búsqueda
bibliográfica que abarca todas las citas constatadas para diferentes especies
en el ámbito de estudio a través de bases de datos, artículos y revistas
científicas, atlas, libros rojos y otros
documentos oficiales en un marco temporal que supera los 100 años. Asimismo,
queremos aportar información acerca del importante número de endemismos
existentes y de la distribución de taxones catalogados como en peligro,
vulnerables y casi amenazados.
Ilustración 2. Chamaeleo chamaeleon.
|
Ilustración 3. Limoniastrum monopetalum o Salado. |
Ilustración 4. Mantis sp. |
Nuestra intención con este
inventario no es sólo poner en relieve la importancia ecológica que sigue
manteniendo la zona en la actualidad a pesar de las trasformaciones que ha
sufrido desde mediados del siglo XX, sino también reunir una información que se
encuentra dispersa y que proviene de diferentes fuentes, formatos y épocas y
que , sin embargo, es de crucial importancia para adquirir un conocimiento más
profundo y completo de la cuenca del Barbate, sus singulares valores
ambientales y su evolución.
Ilustración 5. Trichodes sp. |
Ilustración 7. Scabiosa atropurpurea o Bella dama. |
Como ya hemos comentado en anteriores
publicaciones, asegurar la protección y conservación del medio que nos rodea
requiere ineludiblemente de su previo conocimiento y de la comprensión de las
complejas relaciones que se establecen entre su componente físico y biótico.
Este conocimiento fundamenta además nuestra apreciación del medio natural así
como los vínculos afectivos que desarrollamos en torno al mismo. En otras
palabras; no es posible valorar aquello que se desconoce.
Tras esta breve reflexión,
concluimos esta entrada del blog esperando que haya resultado de vuestro
interés y animándoos a que compartáis con nosotros todas aquellas dudas,
sugerencias y curiosidades que surjan en torno al Proyecto REMABAR.
¡Nos vemos en la próxima entrada!